En 2 días es 8 de septiembre y cumplo 44 años, hace 13 me convertí en madre, nunca me imaginé que este rol sería el principal en mi vida, escuché por mucho tiempo frases como; piensa en ti, estudia mucho, consigue un buen trabajo, obtén logros materiales, viaja, los hijos acaban con los sueños, etc. Pero la vida y Dios me llevaron a morir como persona, dejando a un lado el pensar en mi y enfocar mi tiempo, amor, dedicación y sueños en mi familia y mis hijos.
Fue revelado que ser madre es un privilegio que no todas las mujeres tienen, ver la gracia y el milagro de Dios al formar un hijo en mi vientre, así como lo fui yo en el de mi madre es un regalo muy preciado e inmerecido. Salmos 139:13 NVI Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el seno de mi madre.
Así que después de muchos años de enfrentar múltiples desafíos como familia y al tener 2 hermosos hijos, uno de ellos con autismo, recibo mi cumpleaños con gratitud, con fe, con esperanza y llena de sueños y metas por cumplir; hoy se que Dios es un padre bondadoso, generoso, misericordioso, lleno de amor y bondad para los que lo buscan.
En el año 2010 recibimos el diagnóstico de autismo y este fue el camino para entender que solo Dios podía mostrarnos cual era el propósito que tenía para nosotros como familia y como un diagnóstico de autismo podría convertirse en el medio que estaba usando para conocerlo y entender cual es el verdadero amor. 1 Corintios 13:4-5 NVI El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.
Aun cuando sigo trabajando cada día por aplicar el verdadero amor para con los míos, veo la vida con otros lentes, disfrutando cada momento, trabajando para formar a mis hermosos hijos de la mano de mi amado esposo guiados por nuestro padre celestial, a quien le entregamos las llaves de nuestra vida.
Confío en que vamos por buen camino y que cuando llegue el momento de partir de este mundo, mis hijos estarán listos para enfrentar la vida en compañía de mujeres virtuosas con un corazón conforme al del Señor.
El autismo no mató nunca los sueños y anhelos con nuestro hijo, por el contrario nos enseño a re inventarnos y encontrar nuevos caminos, caminos que nunca hubiéramos conocido y que hoy alimentan nuestro diario vivir, formas diferentes de ver el mundo, aprendizajes con propósito y un deseo de superar todas las adversidades. Las luchas continúan pero tenemos la convicción que como hasta ahora, saldremos victoriosos, renovados, con nuevas fuerzas y confiados de que siempre hay algo mejor por vivir.
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