HIJOS

UN HIJO, TODA UNA AVENTURA...

Tener un hijo es un sueño, una alegría enorme. A medida que nuestro hijo va creciendo en nuestra panza, nuestro amor crece cada día y los pensamientos de que el bebé tenga todo lo necesario para

crecer y desarrollarse adecuadamente en la etapa de gestación nos llevan como madres a seguir al pie de la letra lo que los médicos nos dicen y a acudir a todos los controles necesarios para prevenir cualquier riesgo y descartar que el bebé pueda venir con alguna complicación. Sin embargo, a muchas de nosotras nos sucedió que durante el proceso todo estaba dentro de lo normal y en el momento del parto recibimos a un hermoso bebè que despertó los sentimientos más hermosos y dulces entre sus padres, hermanos y familia.

Empieza a pasar el tiempo y vamos viendo que nuestro hijo se va desarrollando bien, pero a un ritmo más lento que los otros niños. Los médicos te dicen que no te alarmes, que cada niño va a su propio ritmo, claro que, cuando eres primeriza, en la mayoría de las ocasiones tienes al lado a la abuela que ya ha tenido experiencia y de pronto te dice que tuvo varios hijos y que, en su experiencia, cree que pasa algo.

El tiempo pasa y ves dificultades, como debilidad en el tono muscular, que impide que tu bebé se sostenga, gatee o gire, su mirada es inexpresiva y notas que no manifiesta deseos específicos por algo. Llora sin saber por qué, se le dificulta alimentarse, es selectivo con los alimentos, en muchas ocasiones traga sin masticar y ves otras alteraciones en el desarrollo, que te llevan a pensar que algo no está bien. Buscas respuestas por varios años y al final te enteras que tu hijo tiene Autismo.

¿Qué pensar?, ¿qué sentir?, ¿cómo actuar?, ¿qué pasará?, ¿podrá tener un proyecto de vida?... y muchas otras preguntas empiezan a rondar por tu mente, sin embargo, decides creer, trabajar en familia y buscar apoyo, encontrando en el camino personas maravillosas, que ayudan a que se pueda transitar con amor, fe y esperanza.

Las familias con hijos con TEA vivimos momentos difíciles, pero no debemos olvidar que siempre debemos alimentar esa luz de esperanza que solo la fe nos puede dar.

FE,  certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve...

  PIDO UN AMOR ESPECIAL PARA UNA PERSONA ESPECIAL

Al principio cuando recibes la noticia de que tu hijo tiene una condición, tu mente y tu corazón se llenan de dudas y de temores, los comentarios que recibes por parte de médicos, amigos y la misma familia, limitan las posibilidades de que tu hijo pueda realizarse y ser feliz. Por un instante, la palabra felicidad entra en tu mente y empiezas a pensar que nuestros hijos no van a tener las posibilidades en la vida que pensamos son las que deberían ser y las que creemos que dan la felicidad.

Hoy en día vemos niños con muchas cosas materiales, pero sin el amor ni tiempos de calidad con sus padres, padres en una carrera loca y con trabajos de muchas horas que les permiten ganar buenos ingresos para darle a sus hijos lo mejor, pero en realidad, te has preguntado ¿qué es lo mejor?, no será que el tener a alguien que los ame y alguien a quien amar, es lo que nuestros chicos están necesitando. Tener a sus padres cerca y a una madre presente, que esté en cada paso y luego encontrar a una persona con la que puedan recorrer el resto del camino, cuando ya nosotras no estemos con ellos.

Cuando tienes un hijo con necesidades especiales, debes concentrar tu mirada en apoyar incondicionalmente a tu hijo, debes estar todo el tiempo con él y debes renunciar a muchas cosas personales; aunque parezca ser un gran sacrificio, es todo lo contrario, pues el abrir tus ojos y darte cuenta que lo que eran prioridades en tu vida, como el estatus, el que tengan los juguetes de moda, que asistan al mejor colegio, que tengan la mejor fiesta, en realidad no lo son y no tienen el significado que tú les habías puesto y te concentras en cosas que sí lo son, siendo muy simples, pero que llenan tu corazón de alegría, como verlo sonreír,  que pueda ir al baño solo,  que hable, que te mire a los ojos, que te diga que te ama, te pida lo que quiera, que pueda manifestar sus deseos e intereses, que sepa jugar con un juguete, cosas tan importantes y tan difíciles de lograr, que cuando se obtienen son celebradas con bombos y platillos.

Este camino puede que no sea el camino que queríamos, tal vez muchas de nosotras dejamos nuestros trabajos, nuestro crecimiento profesional y el ganar dinero; sin embargo nos enseña cada día que " El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor ". 1 Corintios 13:4-5. Así es, el verdadero significado del amor y nuestros hijos nos permiten experimentarlo a diario, el propósito de nuestros hijos en nuestra vida es voltear la mirada a lo realmente importante, la familia, el amor, una sonrisa, una voz de aliento, un logro alcanzado, una meta propuesta, construir en familia y de la mano caminar por este camino que a veces está lleno de obstáculos y piedras, pero que también tiene hermosos paisajes y caminos llenos de colorido y diversidad.

Hace 8 años cuando recibimos el diagnóstico, le entregué al Señor nuestras vidas y la de mi hijo, para que guiara nuestros pasos, nos mostrara el camino y permitiera que Samuelito encontrara un ángel convertido en mujer, que quisiera estar a su lado, amarlo incondicionalmente, honrarlo y respetarlo, quien pueda compartir su vida junto a él; una mujer virtuosa, con temor de Dios, que sea su ayuda idónea y con quien pueda llegar a su vejez, compartiendo de la mano una caminata por el parque.

Hoy se que la felicidad la da el tener quien nos ame y a quien amar, el construir una familia,  disfrutar los triunfos y apoyarse en las derrotas, luchar por los sueños y como equipo trabajar para cumplirlos, disfrutar cada mañana el estar vivos, ver las maravillas que Dios ha creado, respirar, caminar, vivir, reír, llorar.

En estos años hemos aprendido como familia que la fe mueve montañas y que todo lo que pensamos y declaramos con nuestra boca puede ser una realidad, así que  pido este ángel convertido en mujer para nuestros hijos y que el día que ya no podamos estar a su lado, podamos disfrutar el llegar a la presencia de Dios sabiendo que tienen a su lado quien los ame y a quien amar.